Introducción
El proceso de preparación para el parto es un período crucial en la vida de una mujer embarazada. A menudo, se subestima el papel del ejercicio físico en este proceso, limitándolo a simples recomendaciones como caminar. Sin embargo, la realidad es que el ejercicio físico desempeña un papel fundamental en la preparación para el parto. En este artículo, exploraremos cómo el enfoque de una preparación integral que va más allá de simplemente caminar, profundizaremos en la importancia del ejercicio físico durante el embarazo, destacando cómo una musculatura preparada puede marcar una diferencia significativa en la experiencia del parto y el bienestar tanto de la madre como del bebé.
La importancia del ejercicio físico durante el embarazo
El embarazo es un momento de cambios significativos en el cuerpo de la mujer. El aumento de peso, los cambios hormonales y la redistribución del centro de gravedad pueden provocar molestias y dolores, así como afectar la postura y la movilidad. El ejercicio físico adecuado y regular durante el embarazo puede ayudar a aliviar estos síntomas y preparar el cuerpo para el desafío físico del parto.
Beneficios del ejercicio físico durante el embarazo
- Fortalecimiento muscular: El ejercicio físico, especialmente aquel que se enfoca en fortalecer los músculos del core, la pelvis y la parte inferior del cuerpo, puede preparar al cuerpo para las demandas del parto. Una musculatura fuerte puede facilitar el trabajo de parto (acortar tiempos de dilatación o unos pujos más efectivos en el expulsivo) y reducir la probabilidad de complicaciones durante el proceso (partos menos instrumentalizados, menor probabilidad de quedar con secuelas en la diástasis y en el suelo pélvico).
- Mejora de la resistencia cardiovascular: El parto es un evento físicamente exigente que requiere resistencia y energía. El ejercicio cardiovascular para ello es primordial. Uno de los objetivos es ser capaz de aguantar todo el trabajo de parto que hay que hacer y que no suceda el “me quede sin fuerzas, no puedo más”. El caminar con un enfoque adecuado nos puede ayudar a prepararnos para la exigencia física que es el parto. Para ello debemos combinar diferentes tipos de paseos, como rápidos y más cortos, paseos intermitentes (a cambios de ritmo), paseos más largos pero más relajados…
- Promoción de una postura saludable: El embarazo puede alterar la postura de la mujer debido al peso adicional y los cambios corporales que afectan al centro de gravedad. El ejercicio físico que se enfoca en mejorar la postura y la alineación corporal, ayudará a evitar la aparición de los dolores típicos del embarazo y asegurarnos la máxima protección en la zona interna (diástasis abdominal y suelo pélvico).
- Trabajo de respiración específico: “Controlando la respiración controlas las diferentes situaciones”. Al final el ser capaz de respirar es llevado a cabo por cierta musculatura, la cual, se puede ver afectada por los cambios corporales (como el crecimiento de barriga y la desprogramación de tu faja abdominal) lo que nos conlleva a un peor control respiratorio, que es BÁSICO para tener la mejor gestión de las contracciones y del dolor del parto. Por lo tanto eso se mejora con trabajo de respiración específico, trabajando esas reprogramaciones y ayudándole a esa musculatura a que vuelva a funcionar “como debe” para asegurarnos tener el mayor tiempo posible “la situación controlada”.
- Reducción del estrés y la ansiedad: El ejercicio físico libera endorfinas, las cuales son conocidas como las hormonas de la felicidad. Esto puede ayudar a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión durante el embarazo, mejorando así el bienestar emocional de la madre y beneficiando al desarrollo del bebé.

El impacto del ejercicio físico en el parto
Llegar al parto con una musculatura preparada puede marcar una diferencia significativa en la experiencia de parto de una mujer. Los músculos fuertes y flexibles pueden facilitar las contracciones uterinas y el proceso de empuje, lo que puede acortar la duración del parto y reducir la necesidad de intervenciones médicas. Además, una musculatura preparada puede ayudar a prevenir lesiones durante el parto, como desgarros perineales, ya que los músculos están mejor equipados para adaptarse a las demandas del parto. Esto puede contribuir a una recuperación más rápida y menos dolorosa después del parto
Conclusión
En resumen, el ejercicio físico durante el embarazo es una parte integral de la preparación para el parto. No se trata simplemente de mantenerse activa, sino de fortalecer y preparar el cuerpo para el desafío físico que es el embarazo y el parto. Una musculatura preparada puede marcar la diferencia entre una experiencia de parto más controlada y satisfactoria y una experiencia más difícil y prolongada.
A todos los puntos anteriores el andar solamente no nos va a ayudar. El andar nos aporta X beneficios, pero no nos llega para ayudar a nuestro cuerpo con todos esos cambios corporales y no nos llega para prepararlo específicamente para el esfuerzo físico que es el parto y asegurarnos resultados. Con esto nadie dice que el caminar sea malo, todo lo contrario, es muy beneficioso ya que nos ayuda a mantenernos activas de forma diaria (y el papel que juega esto en el control de peso en el embarazo), lo que te queremos hacer ver es que si quieres asegurarte los mejores resultados en tu caso, no te dediques solo a andar en el embarazo.